La Sierra de Chiva podría identificarse con la cuerda montañosa que, de forma difusa, los topógrafos del Servicio Geográfico del Ejército rotularon en los años 1940 como Sierra de los Bosques, denominación a la sazón poco afortunada y cuyo origen desconocemos pero que terminó por aparecer en numerosos referentes excursionistas y geográficos, en el mapa geológico, etc.
Es ésta una alineación montañosa de orientación noroeste a sudeste, característica del sistema geomorfológico Ibérico en que cabe agruparla.
Los pueblos vecinos del sistema montañoso suelen denominar al conjunto como Sierra de Chiva, o simplemente como La Sierra —denominación ésta de ‘Monte La Sierra’ que aparece en algunos proyectos ministeriales de carácter forestal—, existiendo un aproximado acuerdo sobre la denominación.
Mucho más difícil sería obtener un acuerdo sobre los límites geográficos entre los que cabría recortarla: la Sierra es la alineación montañosa que va del alto de la Cazoleta a Marjana. A través de este valle alto, enlaza con el macizo de Santa María y la sierra de Enmedio y se interrumpe de forma abrupta por el cañón del río Reatillo.
La Sierra abarca las cuencas hidrográficas del barranco Grande, de Ballesteros, el de la Contienda y el Gallo, afluente hurtado al río de Buñol, para formar el barranco de Chiva. Este abanico hidrográfico puede leerse como una unidad geográfica y de hecho muchos vecinos la entienden como tal de forma natural. Esta delimitación por cuenca hidrográfica englobará también la sierra de la Cabrera en cuanto parte aguas con la cuenca del río Suc o Buñol.
María José Viñals, Doctora en Geografía, en su estudio “La cabecera de la cuenca de drenaje de la Albufera: La Rambla de Chiva”, destaca la importancia de la cabecera de esta Rambla, es decir de la Sierra, en las avenidas que periódicamente se dan en los pueblos de l’Horta y en la recarga de los acuíferos que alimentan la Albufera. Desde siempre hemos mantenido que antes de hacer actuaciones relacionadas con el cemento en el Barranc de Torrent, se deberían haber empezado por las actuaciones realizadas en la cabecera del barranco: repoblaciones, plan de lucha contra incendios eficiente y pequeñas presas en los barrancos. Estas actuaciones hubiesen garantizado la disminución de las avenidas y la recarga de los acuíferos.
Queda además la división administrativa. La organización de los términos municipales como unidades económicas de base agrícola, distribuyó las delimitaciones territoriales de forma que los pueblos del pie de monte valenciano comparten terrenos de huerta y pastos de montaña en un cierto equilibrio. El resultado es que la inicial identidad geológica e hidrográfica que se intuye como estructura unitaria, aunque compleja, se estructura en unidades administrativas que entran en cuña a repartir los montes en tantas fuentes de recursos. En algunos casos, las
intervenciones públicas en materia forestal se han visto delimitadas geográficamente por este sistema de límites administrativos, como se evidencia en el trazado de cortafuegos que se superponen a los límites de término como único criterio —véase al respecto la hoja 14-14 ‘Liria’ del Mapa Militar de España escala 1:100000 de 1977—, y lo que es potencialmente más grave, en la delimitación que acompaña la declaración de Monte de Utilidad Pública nº 67 del Catálogo Provincial.
Aunque no conocemos mapas de distribución de propiedad agraria por residencia de los propietarios, se intuye una importante interpenetración entre los agricultores de términos vecinos, que se hace aun más profunda, compleja y dinámica si atendemos a las viviendas de segunda residencia implantadas en la Sierra.
Aunque la superposición de criterios parece complicar el asunto de la delimitación, a modo de conclusión nos atrevemos a proponer la siguiente definición:
La Sierra de Chiva comprende, de Norte a Sur, la denominada sierra de los Bosques, hasta los límites de la sierra de Enmedio, los valles de la Vallesa, Marjana y Campillo, el macizo del Santa María, los altos de el Cuco, la Sierra de la Cabrera y los cerros de la Serretilla, englobando los tramos altos de los sistemas hidrográficos que drenan el macizo así delimitado.
Se corresponde con un gran macizo calcáreo de origen sinclinal que se quiebra hacia el Este descubriendo el relieve jurásico de la Cabrera y la Serretilla. La forman un conjunto de montes de mediana elevación con hitos que sobrepasan en poco los 1000 metros de altura máxima, drenados por valles encajonados en cañones, con la excepción de la hondonada de la Vallesa – Marjana – Campillo, valle singularizado del resto del conjunto por su altitud, orientación y suelos.
La orientación y la altitud determinan la influencia de dos ambientes climáticos propios de estas latitudes: por un lado la banda oriental, Marjana y el Macizo de Santa María, en la que predominan los otoños y primaveras lluviosos y relativamente fríos, con veranos húmedos y fríos, ambiente que se va haciendo más continental en las temperaturas y de pluviosidad repartida a lo largo del año, excepto el verano, por otro lado en la banda occidental, zona de cultivos y barrancos, con un clima más mediterráneo.